Luego de que los niños aprenden a escribir, varias de las materias incluidas en la currícula escolar se enfocan en mejorar la caligrafía, pero hay casos en los que parece imposible. Si tú como yo tuviste letra “fea”, la ciencia tiene una tremenda explicación.
Por supuesto que entrecomillo “fea” porque el término es subjetivo y porque la escritura de los niños puede evaluarse desde diferentes perspectivas. Además, si un niño logra comunicarse de manera efectiva y lo hace con excelente ortografía, que tenga la letra “fea” es lo de menos.
Según un estudio de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, quienes escriben con “letra de doctor” (por aquello de que no es tan clara) tienen un cociente intelectual más alto que las personas una caligrafía legible y más estética.
Resulta que algunos (sí, solo algunos) niños tienen letra “fea” porque su cerebro trabaja mucho más rápido que sus manos. Su agilidad mental les impide poner atención a este tipo de detalles, pues priorizan otros procesos mentales. Estos pequeños suelen escribir rasgos poco definidos e, incluso, abreviaturas.
Esta es la conclusión del análisis de datos entregados por 105 profesores de la escuela Worcester, en Massachusetts y el estudio que corrí a mostrarle a mi mamá hace un tiempo. Ella creía que debía mejorar mi letra y yo que no era necesario. Punto para mí.
Aunque hasta hoy no he tenido acceso a un test de cociente intelectual fino, me gusta pensar que soy parte del grupo de personas con letra “fea”, pero un desempeño que lo justifica.
Por cierto, hay una situación en la que la “letra de doctor” podría ser un problema y se llama disgrafía, un trastorno del aprendizaje que consiste en ciertas dificultades de coordinación de los músculos de la mano y el brazo. Suele diagnosticar a partir de los 8 años.
Si tu hijo tiene letra “fea, pero destaca en las tareas escolares y tiene un rendimiento significativamente mayor al del resto de los niños, no te preocupes. Si eres tú el de la letra “fea” y has podido hacerle frente a la vida sin mayores dificultades de aprendizaje, tu cerebro está a mil por hora, qué más da lo que te dijo la maestra de caligrafía.