Desde apagar el despertador y dormir 5 minutitos más, hasta aplazar varios años la primera página de tu tesis. Procrastinar es uno de nuestros deportes (extremos) favoritos.
Procrastinar es aplazar aquello que tienes que hacer. Pasa lo mismo en el ámbito personal que con ese proyecto laboral. Y aunque parece que es cuestión de holgazanería o de mala gestión del tiempo, la causa raíz de esta actitud es mucho menos evidente.
Seamos honestos, no has empezado la tesis porque tienes miedo a la hoja en blanco, sabes que todavía hay un largo camino por recorrer. Regularmente, postergar tiene que ver con la incapacidad para manejar estados de ánimo negativos.
Procrastinar se trata de un círculo vicioso, pues somos conscientes de que aplazar no es la mejor idea y, aunque nos sentimos culpables, somos “incapaces” de hacer algo al respecto.
Si es tu caso y estás siendo poco productivo, entonces, volvamos a lo básico. Deja de buscar sistemas complejos para rendir más en el trabajo o con las labores del hogar. Enlistamos para ti estos sencillos hábitos para dejar de procrastinar:
Obsérvate. Identifica tu patrón, es decir, qué detona esa actitud que te inmoviliza. Qué tipo de tareas te encantan y cuáles no soportas. Apúntalo en un cuaderno y tenlo a la mano.
Baby steps. Así es, plantéate objetivos a corto plazo. Para dejar de procrastinar, puedes empezar dedicando lapsos de 5 minutos a eso que no te gusta hacer (pero que tienes que hacer).
Una cosa a la vez. Olvídate del famoso multitasking y crea una rutina en la que cada actividad tenga su espacio y su tiempo. Ayudarás a tu cerebro a enfocarse.
Inspírate. Para detener el complejo proceso de procrastinar, hace falta que te valgas de musicoterapia, aromaterapia, un buen café o un espacio de trabajo bien ventilado. Modifica tu entorno.
Medita. Si estás perdiendo la cabeza, no te fuerces a seguir haciendo, mejor detente y medita. Puedes reducir los niveles de estrés, ansiedad y conseguir un estado de calma que te motive a continuar con tu rutina.
Procrastinar es mucho más común de lo que parece. Así que ten paciencia, haz un seguimiento de tu avance y prémiate por los pequeños logros.
