Se trata de una forma de violencia especialmente peligrosa porque no salta a la vista. Nos referimos al gaslighting y a ese momento en el que empiezas a cuestionar tu propia cordura.
Pones en duda tu percepción de la realidad porque aunque aseguras haber vivido algo, tu pareja lo niega, se extraña y usa frases como “te estás volviendo loca”. No es normal. Se llama gaslighting y es un común denominador en varias relaciones de pareja.
Por supuesto que no estoy hablando de trastornos cognitivos, sino de quienes son víctimas de una pareja abusiva que destroza su confianza para ganar poder sobre ellas. Causa confusión, ansiedad y depresión.
Lo peligroso del gaslighting es que es casi imperceptible. El victimario no pierde la cabeza (por lo menos eso parece), pero cuestiona tanto el comportamiento de su víctima que es ella quien explota y pierde el control. Por eso, la víctima queda atrapada en la culpa.
El abusador tiende a cambiar los papeles y acusa a su pareja de violentarlo, invalida todo argumento de su víctima, contrarresta y tiende a trivializar las emociones de la víctima. Tiene muy presentes las heridas de su pareja y las usa a su favor.
Así que si estás constantemente escuchando frases como “estás inventando”, “eso jamás ocurrió”, “te estás imaginando cosas” o “estás exagerando”, muy probablemente estés sufriendo gaslighting. Te va a llamar “celosa”, “intensa”, “lunática”, “desequilibrada”…
El término proviene de la película clásica de Hollywood (de 1944) llamada justamente Gaslight; en la trama, un hombre esconde objetos haciéndole creer a su esposa que ella ha sido la responsable.
Lo que sucede es que en vez de seguir confrontando o alejarse, la víctima permite que surja la duda en su interior. Siempre está pidiendo perdón a su pareja, justificando su comportamiento y ocultando información a sus amigos y familiares. El gaslighting estás surtiendo efecto.
¿Te sientes identificado? Busca ayuda de un profesional de la salud mental, lo mismo si eres víctima o victimario. No se trata de buscar culpables, pues ambas posiciones suelen tener su causa raíz en traumas del pasado y escaso amor propio.
Algunas relaciones podrán reconstruirse, otras (la mayoría) no. Sálvate, tu “yo” del futuro te lo va a agradecer. El gaslighting es una forma de violencia que tenemos que visibilizar y que, por cierto, no es una cuestión de género, hombres y mujeres son víctimas y victimarios.