Aunque la ira es una respuesta natural para hacer frente y adaptarse a las amenazas, estar permanentemente de malas no es normal. Si es tu caso y te preguntas por qué siempre estás enojado, estas pueden ser las causas.
Cuando sufres un arranque de furia aumenta tu frecuencia cardíaca, sube tu presión arterial y se libera adrenalina en el torrente sanguíneo. El cuerpo se alista para defenderse y golpear al enemigo (literal).
El problema consiste en que, muchas veces, respondemos a riesgos que no son reales porque estamos tan hipersensibilizados que no sabemos distinguir cuándo sí y cuándo no estamos frente a una agresión.
Razones por las que siempre estás enojado
Si la ira “aparece” de la nada, es momento de que hagas una profunda reflexión sobre los estímulos que la detonan. Te doy algunas pistas sobre lo que (quizá) no sabías que te está poniendo de malas:
- Estás muy estresado. Las personas que se encuentran bajo mucha presión tienden a enojarse fácilmente. Puedes experimentar sentimientos de frustración que salen a la luz a la mínima provocación. Y es por eso que siempre estás enojado.
- Estás durmiendo mal. Según un experimento de la Universidad Estatal de Iowa, en Estados Unidos, la falta de un sueño reparador agrava la irritación. Nos pone alerta, estamos más sensibles que nunca. Así que ataca el insomnio ¡ya!
- Estás haciendo una dieta demasiado estricta. La comida es un placer primario y cuando restringimos esos estímulos positivos nos ponemos de malas. Una dieta de esas en las que tienes que pasar hambre es la razón por la que siempre estás enojado.
- Estás comiendo harinas refinadas. Si te estás excediendo en el consumo de panes y pastas, debes saber que esto promueve el cansancio y la fatiga. En consecuencia, hay una mayor tendencia a la irritabilidad.
- Estás deprimido. Cuando hay una mala gestión emocional, las emociones se sobreponen unas a otras. Según psiquiatras, si siempre estás enojado podría tratarse de depresión.
Sal de la rutina y adopta nuevos hábitos para hacerle frente a ese mal humor que solo te impide vivir la vida que quieres. Y si lo crees necesario, pide ayuda profesional. Estar bien es posible.
