Pasar todo el día en pijama es un clásico de cuarentena pero, aunque parece la opción más cómoda, podría resultar contraproducente para tu salud mental. Descubre por qué.
Claro que, después de pasar tanto tiempo en casa, hemos relajado nuestras rutinas; el maquillaje, los zapatos de tacón y el traje sastre que usábamos para ir a la oficina han cedido su lugar a la ropa deportiva o, de plano, la pijama.
Si pasas un día entero en pijama, puede ser que te sientas cabizbajo y, además, que tu productividad decrezca significativamente. Tu cerebro no está entendiendo cuáles son los límites entre la cama, el descanso y el trabajo.
Reservar unos minutos al día para maquillarte y elegir ropa con la conciencia de que te ayudará a verte y sentirte mejor es una buena forma de empezar el día. Por supuesto que no importa si alguien te va a ver, es una cuestión de amor propio.
Toma en cuenta que nuestro cerebro tiene registradas ciertas conductas que van ad hoc a nuestra forma de vestir. Puedes eliminar la corbata, pero mantener la camisa de vestir si eso te pone en el mood correcto. Ni hablar sobre la pijama.
Además, hay colores que, en automático, te ponen de buen humor. Los colores que se encuentran en la naturaleza, como el azul, el verde y el amarillo, nos dan una ráfaga extra de energía.
Y por supuesto no estoy sugiriendo que uses zapatos de plataforma, un blazer o base de maquillaje de alta cobertura para estar en casa, mi propuesta es que ajustes tus favoritos a la nueva normalidad. Utiliza prendas de algodón y, en general, prendas holgadas y comfy (no tanto como una pijama).
Es verdad que “como te ven, te tratan”, pero además “como te ves, te sientes”. Cambia tu ropa y veras cómo cambia también tu estado de ánimo.