La pandemia por el nuevo coronavirus es una crisis sin precedentes, por lo tanto, no sabemos cómo reaccionar. Una serie de emociones exacerbadas podrían tomarnos por sorpresa, aquí algunos consejos para gestionarlas.
El COVID-19 vino a cambiar nuestras vidas y los profesionales de la salud mental coinciden en la importancia de adquirir nuevos hábitos y herramientas que nos ayuden a atravesar esta pandemia.
Ya tomamos medidas higiénico-sanitarias para detener la propagación del virus pero, para enfrentar una pandemia, la higiene mental es también un asunto de vital importancia. Por eso, te propongo los siguientes hábitos para gestionar mejor tus emociones:
Tómate un momento para preocuparte. Sé que suena loquísimo, sobre todo, porque nos han dicho que no sirve de nada y, aunque tienen razón, la dosis hace al veneno. Para quienes padecemos de ansiedad, por ejemplo, vale más fijar algunos minutos al día para echar a volar nuestra imaginación, poner un límite es lo que ayuda a dejar ir.
Evita el consumo excesivo de alcohol. Atravesar una pandemia no es cosa fácil, pero optar por beber demasiado solo va a empeorar ciertos trastornos de salud (y generar otros). Las sustancias psicoactivas alteran los estados de conciencia, de ánimo y de pensamiento.
Aliméntate sanamente. Es tan terrible beber demasiado alcohol como el consumo excesivo de azúcar, pues puede provocar, a largo plazo, trastornos como ansiedad o depresión. Las verduras verdes, por el contrario, mejoran el funcionamiento de las células del cerebro.
Evita la sobreinformación. Pasar demasiado tiempo en línea o frente a la televisión no te hará estar mejor informado sobre el avance de la pandemia de COVID-19. Así que como determinaste un horario para preocuparte, puedes determinar solo un lapso de tiempo para informarte y, dicho sea de paso, con fuentes confiables.
Escucha a tu cuerpo. Y a tu mente, por supuesto, pero es que es el cuerpo el que somatiza trastornos emocionales. Así que, si un día tienes poca energía, no te fuerces a hacer algo que no quieres. Asegúrate únicamente de que el desgano y la falta de motivación no sean parte ya de tu nueva rutina, en ese caso, busca ayuda profesional.
Deja de aferrarte a tu vida prepandemia, ya no eres el mismo, el mundo tampoco. Reconoce tu vulnerabilidad y compártela con quienes más quieres. Y, ante todo recuerda: Es una pandemia, no un concurso de productividad.