Todo el mundo habla del amor propio pero tengo la impresión de que pocos saben de qué va, yo, por ejemplo, sigo descubriéndolo.
El amor tiene diversas acepciones y cada una tiene su propia verdad, sin embargo todo tipo de amor empieza en el mismo lugar: contigo mismo. Ese es el amor propio. Ya sé, ¡qué trillado!
Se trata de hacerte cargo de tu vida y eso significa que reconoces que no existe tal cosa como la media naranja, sabes, entonces que nadie (más que tú) puede hacerte feliz.
Y amor propio es tanto regalarte un día de spa como estudiar eso que tanto llama tu atención. Pero la cosa se pone más difícil cuando hablamos, por ejemplo, de poner límites a quienes más quieres. Sí, eso también es amor.
Nos enseñaron a sumar, quién es el Benemérito de las Américas, quebrados (¿por?), pero nadie nos enseñó a querernos, es más, quizá crecimos en un ambiente tan tóxico que, muy por el contrario, nos odiamos.
Qué tal la que se llama “gorda”, el que no para de repetirse que es un “estúpido”, la que cree que recibe golpes porque se los merece, puedo seguir y seguir.
Empecemos por lo básico: cuida tu cuerpo. Todo lo que le das puede ofrecerte una imagen clara de cuánto te amas.
Amor propio es elegir mejor cómo te alimentas, practicar actividad física y, por supuesto, atender cualquier malestar, en el mejor de los casos, prevenir.
También es un acto de amor recordar que tu bienestar se alimenta de pensamientos positivos. Da igual si ingieres vitaminas y minerales todas las mañana si el resto del día te la pasas estresado, enojado o maldiciendo.
Sé más selectivo, además, con tus relaciones. Hay quien dice, por ejemplo, que uno tiene la pareja para la que le alcanza, ¡qué fuerte! Por su parte, Jim Rohn, un famoso empresario estadounidense, decía “Eres el promedio de las 5 personas que te rodean”, ¡ya empezaron las pedradas!
Perdónate, es quizá el factor principal que influye en nuestra calidad de vida, revela qué tanto hemos trabajado en nuestro amor propio.
Por último, pero no menos importante, agradece. Concéntrate en lo que sí eres, en lo que sí haces y en lo que sí tienes, trátate con amabilidad. Y cuéntame cómo te va.