La ansiedad es tu mente yendo demasiado rápido, es un mecanismo natural de alerta, un estado de inquietud que, aunque normal y saludable, puede volverse patológica y muy inquietante.
La población mexicana ahora encabeza la lista de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor prevalencia de enfermedades mentales. Como resultado de la crisis sanitaria por COVID-19, a finales de 2021, se estimaba que el 50 % de los habitantes del país padecían de ansiedad.
Todos vivimos con un cierto grado de ansiedad, debemos entenderla como una función adaptativa. Es la responsable de prepararnos cuando un peligro parece inminente, pero cuando la sensación ya no está asociada a una situación concreta, estamos hablando de un trastorno de ansiedad.
Su función es movilizar al organismo frente a riesgos o amenazas, nos empuja a tomar decisiones como huir, atacar o neutralizar. Cuando los síntomas nos sobrepasan, dejamos de vivir el aquí y el ahora.
Las manifestaciones físicas del padecimiento, evidencian el grado en que está presente ya en nuestras vidas. La ansiedad trae consigo aturdimiento, nerviosismo, taquicardia, sudoración, temblores, ahogo, opresión en el pecho, náusea, molestia abdominal, mareos, hormigueos, escalofríos y sofocos.
Cuando el padecimiento ha avanzado mucho, el miedo se vuelve irracional, se teme volverse loco o morir, lo que produce conductas de aislamiento. Pueden aparecen los ataques de pánico.
Los traumas del pasado, las creencias limitantes y el ambiente que nos rodea pueden estar incidiendo en nuestra relación con la ansiedad. Son muchos los detonantes de este tipo de trastornos psicológicos.
Aunque el tema es amplísimo y las manifestaciones variadas, empezaré por sugerirte que no trates de reprimirla. Suele haber un mensaje detrás de todos esos síntomas. Escúchala, siéntela y aprende a canalizarla.
Si sientes que estás perdiendo el control, pide ayuda a un profesional de la salud mental, además, aléjate en la medida de lo posible de los ambientes estresantes y practica alguna actividad que te guste y que calme tu mente. La ansiedad no es tu enemiga.