Se trata de un concepto estético, pero también de una filosofía japonesa. Wabi-Sabi hace referencia a la belleza de lo imperfecto.
Se trata de un concepto que lo mismo aplica al ámbito de la arquitectura que a la vida misma. Wabi-Sabi es apenas tendencia en Occidente.
Es una herramienta en la búsqueda de una existencia más feliz. “Wabi”, tiene que ver con la elegancia subestimada y “Sabi” es la belleza que aparece con la edad.
Wabi-Sabi, es una filosofía japonesa que, en primera instancia, hace referencia a la etapa en la que se hace evidente el desgaste de un objeto.
Y el concepto se extiende hacia lo bello de las cosas modestas y humildes, de los pequeños placeres. La vida humana también es tocada por esta tendencia.
El origen del término Wabi-Sabi tiene que ver con el concepto budista de Tri Laksana, que implica que todo lo que acontece en la naturaleza está sujeto a la transitoriedad.
Existe también una técnica japonesa conocida como Kintsukuroi, que consiste en reparar objetos rotos rellenando sus grietas con oro o plata.
Kintsukuroi, además, es un concepto que se relaciona con curar heridas del pasado, tiene todo que ver tanto con el arte como con la liberación emocional. Igual que Wabi-Sabi.
Y es que parece que, últimamente, nos valemos de cualquier concepto para hablar de autoestima y sanación. Dejamos de perseguir la perfección.
Wabi-Sabi es un pretexto para aceptarnos tal cual somos. Se ha puesto de moda, por ejemplo, andar por ahí sin temor de mostrar las estrías. Por fin.
Los defectos ya no se esconden, se lucen orgullosamente. No importa si hablamos de una pieza de cerámica estrellada o de un corazón roto.
Para el caso, no importa si nos empleamos un concepto japonés o uno muy mexicano, la clave está en desafiar esos cánones de belleza que por tantos años nos han censurado.
