Solemos aprender más con los daños que con los años, pero quizá también podamos “escarmentar” en cabeza ajena. Así que reuní una serie de consejos (propios y ajenos) para elegir pareja, aquí van.
Aprender a crear tablas dinámicas en Excel no es fácil, pero elegir pareja ha resultado ser una tarea aún más complicada y no solo para mí, la prima de una amiga ha tenido serios resbalones también.
Parece ser que el amor no se encuentra hecho, se construye. Y, si nos ponemos un poquito más hippies, Alina Villasante, fundadora y diseñadora de la marca Peace Love World, pronunció la frase que, para mí, ya es ley de vida:
“Love is not something you look for… Love is something you become!”.
Villasante.
Somos naranjas enteras, pero claro que podemos estar en pareja. Tenemos la capacidad consciente de elegirla. Es verdad que siempre hay una buena dosis de dopamina que dificulta estructurar razonamientos, a pesar de ello, esta es una guía que podría mejorar tu tino:
¿Buscas a un hombre (o mujer) que te salve? En ese caso, no necesitas una pareja, necesitas terapia y una buena dosis de amor propio. Harás que la otra persona (si está emocionalmente sana) salga corriendo despavorida.
Ve más allá de lo evidente. El físico atrae, pero ¿quién es? Asegúrate de interesarte, abrir tu corazón y escuchar las cosas como son. Las primeras citas siempre son miel sobre hojuelas y no me refiero a que le busques el lado oscuro, pero sí a que seas consciente de que la vida y las personas solemos oscilar en tonos grises. Velo (o vela) tal cual es.
¿Cuáles son sus valores? Diferir en hobbies y gustos musicales es divertido, tener opiniones diametralmente opuestas no tanto. Los valores son pautas que guían el comportamiento, ten en mente que compartir algunos mejora la vida en pareja.
¿Es él o son tus expectativas? Bájale dos rayitas. Trazar expectativas alcanzables y pedir solo lo que también estás dispuesta a dar, puede ayudarte a afrontar los retos propios del romance.
Empieza por ti, diseña un plan de vida, camina y, probablemente, te encuentres a alguien andando la misma senda. Dudo que haya un método infalible para elegir pareja, pero anteponer el amor (propio) suena a un buen primer paso.