Solo durante el primer semestre del 2020, se perdieron un millón 113 mil 677 empleos formales. La pandemia nos tomó por sorpresa, el sentimiento de pérdida también.
Dicen que hay pérdidas que duelen más que otras, sin embargo, nadie sabe a ciencia cierta cómo se siente la otra persona. Desde que la pandemia por el (ya no tan) nuevo coronavirus fue declarada, la pérdida de trabajo es, desgraciadamente, cosa de todos los días.
Aunque cada medio presenta sus números, solo durante el primer semestre del 2020 se calcula una pérdida de más de un millón de empleos formales en México. Aún no hay cifra certera acerca de lo que pasó en el país durante este segundo semestre, sin embargo, el panorama no es alentador.
Así que, más que nunca, vale la pena hablar de la pérdida de trabajo y del quiebre emocional que trae consigo. Para algunos es un golpe duro, otros quizá se lo tomen a la ligera, hay quienes enfrentan sus duelos, otros los evaden. No hay reglas escritas, pero estas prácticas podrían ayudarte a superar este y otros momentos difíciles:
- Responde a la pregunta “¿quién eres?”. Solemos decir cosas como “contador”, “abogado”, “doctor” y, sin embargo, eso es solo lo que hacemos, a lo que nos dedicamos, por lo que nos pagan. No eres tu trabajo, no eres nada de aquello que, de un momento a otro, puede desaparecer. Tienes que cambiar la definición de ti mismo.
- Permítete sentir. Para comenzar el camino hacia la recuperación, necesitas atravesar una serie de emociones desagradables. El duelo suele vivirse en 5 etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. La pérdida de trabajo puede no ser cosa fácil, date tiempo.
- Reencuadra la experiencia. Quizá ahora solo quieras maldecir a tu exjefe, pero el rol de víctima, eventualmente, te va a pesar de más. Cambia la perspectiva, encuentra una nueva manera de hablar del tan temido “fracaso”. Cambia el “¿por qué?” por un “¿para qué?”.
- Crea un plan de acción. Después de atravesar la pérdida de trabajo, tienes por delante un mundo de posibilidades, puedes dedicarte a eso que siempre quisiste, trabajar en la empresa que hace años llama tu atención o por fin animarte a emprender. Busca a un asesor financiero y toma una decisión informada (antes de gastarte la liquidación).
- Haz networking. Se trata de construir una red de contactos con la que puedes compartir experiencias y proyectos profesionales. Quizá ya cuentas con una y no habías reparado en ello. Y, por cierto, alimenta tus relaciones no solo cuando necesites ayuda (¡por favor!).
La pérdida de trabajo es de por sí compleja, pero si, además, te despidieron sin ningún pago, es importante que, mientras gestionas el golpe emocional, pidas asesoría legal y recibas lo que te corresponde. El periódico Expansión hace, en esta nota, una serie de recomendaciones que harán tu proceso mucho más sencillo.
No hay mal que dure cien años.