Somos seres de hábitos, se trata de acciones que son realizadas de forma automática y, por lo tanto, no requieren de mucha atención, esfuerzo o motivación de tu parte, eso le encanta a tu cerebro. Pero hay costumbres que están desgastando tu salud y acortando tu vida, por eso te cuento cómo cambiar hábitos con un paso a paso verdaderamente sencillo.
Una acción habitual crea una ruta entre tus neuronas y se vuelve mucho más fácil y eficiente para tu mente hacer lo mismo todos los días que ponerse creativo y tomar atajos cada mañana. Pero salir de la zona de confort y crear nuevas conexiones neuronales mejora la memoria, la agilidad mental y la capacidad de aprendizaje.
No cabe duda que es verdad que la costumbre es más fuerte suele ser más fuerte que la intención de cambiar un hábito, por eso es que la mejor manera de modificar un comportamiento es, en realidad, sustituirlo por otro.
Tanto lavarse los dientes por la mañana como fumar son rutinas que se forman a base de repetición, son casi siempre inconscientes. Y cada una de ellas, en mayor o menor medida, trae consigo una recompensa.
Por ejemplo, hay quien dice que fumar alivia el estrés, esa es su recompensa. Y, aunque hay que decir que, según la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas de España, fumar no tiene propiedades relajantes, esa es la razón por la que al fumador se le hace tan difícil cambiar el hábito (es una especie de placebo).
De acuerdo con la neurocientífica Nazareth Castellanos, el cerebro no sabe olvidar, esa (mala) costumbre quedará grabada por siempre en algún lugar de este complejo órgano, pero un nuevo hábito puede sobreponerse a él y volverlo difuso.
Este paso a paso te ayudará a cambiar ese hábito:
- Un hábito a la vez. Asegúrate de elegir un hábito y centrar toda tu atención en él, de lo contrario, colapsa el cerebro, aumenta la distracción y aparecen las conductas impulsivas.
- ¿Qué hábito vas a poner en su lugar? Es como sobreescribir la información, así que piensa en una rutina que sustituya a la otra. Quizá no genere una recompensa inmediata, pero asegúrate de tener claro por qué lo estás haciendo, el propósito.
- Ponle intención y ve poco a poco. Haz consciente lo que hacías de forma inconsciente y empieza con pequeños cambios. Para dejar de fumar, puedes empezar por reducir la cantidad de cigarrillos que consumes a la semana.
- Comprométete. Aunque el primer compromiso es contigo misma, cuéntaselo a tu familia, verás que te dan un empujón. Además, haz un listado de los detonantes de aquella rutina nociva y evítalos en la medida de lo posible.
- Repite y repite. Al cabo de dos o tres semanas será más fácil sustituir aquella vieja costumbre por una más saludable, la nueva ruta neuronal estará bien trazada y, eventualmente, lo harás en automático.
Un estudio del University College de Londres, afirma que se requiere de unos 66 días para que una nueva actividad se sienta natural. Así que tómatelo con calma y vuelve a empezar las veces que sea necesario, cambiar un hábito tiene su grado de complejidad, pero no es imposible.
