Si estás de malas todo el tiempo, además de ejercitarte para generar endorfinas, deberías saber que lo que estás comiendo incide en tu estado de ánimo. Dime cómo te quieres sentir y deja que los alimentos hayan lo suyo.
Nuestra rutina alimenticia juega un papel clave en la forma en que nos sentimos. No es magia, es ciencia, pues está comprobado que los alimentos pueden aumentar o disminuir la secreción de ciertos neurotransmisores, los mensajeros que llevan la información de una neurona a otra y, por lo tanto, cambian nuestro estado de ánimo.
Las “hormonas de la felicidad”, endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina, son también el tipo de neurotransmisores que puedes (deliberadamente) producir si eliges con conciencia cómo te quieres sentir.
Y no se trata de que tu dieta sea restrictiva, más bien variada y planificada. Por supuesto, hay que alejarse tanto como sea posible de la confort food, los alimentos que son muy fáciles de preparar y comer pero que, también, por su alto contenido de carbohidratos y azúcares, influye en nuestro estado de ánimo.
Elige cómo te quieres sentir
- Relajado. Si lo que necesitas es conciliar el sueño por las noches, prueba con plátano, es rico en fibra, potasio, magnesio y fructooligosacáridos, que sirven como relajantes musculares y nerviosos. Elige cómo te quieres sentir y ayuda a tu cerebro.
- Feliz. Sí, adivinaste, mi recomendación es que consumas chocolate, pero no cualquiera. Debe ser chocolate negro o una tableta de chocolate que contenga más de un 85% de cacao. El cerebro produce endorfinas en automático.
- Despierto y ágil. Cómete una manzana. La Universidad británica de Reading concluyó, tras una larga investigación, que esta fruta tiene un impacto positivo en la memoria, cognición y estado de ánimo. Dime cómo te quieres sentir y, casi siempre, una manzana será tu mejor aliada.
- Sereno. Entonces, disfruta de una buena porción de salmón, pues, gracias a su alto contenido en vitamina D, estimula la producción de serotonina, un neurotransmisor que alivia la ansiedad y previene la tan temida depresión. Además, el salmón disminuye el riesgo de arritmia cardíaca.
No es magia. Comer salmón no te va a cambiar el día, pero la alimentación es una de las más poderosas variables cuando se trata de tomar medidas para sentirte mejor.
