Afortunadamente, cada vez más mujeres están reconciliándose con su cuerpo y estableciendo sus propios estándares de belleza. Hablemos de gordofobia.
Se trata de un concepto que per se es grotesco, el término gordofobia sirve para designar un sesgo automático y, a veces, inconsciente que lleva a discriminar a las personas con sobrepeso.
Suele tratarse de un fenómeno tanto masculino como femenino, pero pesa mucho más a las mujeres. Hablamos constantemente de nuestro miedo a engordar. Y es que nos han contado que la belleza se relaciona con la esbeltez y la juventud y aferrarnos a cualquiera de las dos es una lucha perdida.
Y, si vamos más allá, el término gordofobia se relaciona no solo con quien sufre de sobrepeso y obesidad, en realidad se relaciona con cualquiera que crea que algunos gramos extra le restan valor como individuo.
Es tan terrible que un sociólogo de la Universidad de la Sorbona, en París, reveló al diario The New York Times los resultados de un estudio que afirma que un hombre gordo tiene tres veces menos de probabilidades de encontrar empleo que otro con su mismo currículum que esté en su peso ideal.
Aunque las razones del aumento de talla y peso son muchas, es cierto que siempre que pongan en riesgo la salud física o mental, deben tratarse, pero también es cierto que la gordofobia es rayar en los extremos y lo que esto conlleva destruye el autoestima.
Y claro que yo, como tú, hice una dieta estricta, ayunos sin supervisión, hice de todo un poco… hasta que solté las expectativas, lidié con mi ansiedad y abracé mi cuerpo (literal), entonces perdí algunos kilos. Lo que sigue para mí (y espero que también para ti) es amarme, incluso con algunos gramos de más.
Alimentarte sanamente está bien, hacer ejercicio y un detox con supervisión profesional también, lo que no está bien es relacionar tu valía con tu figura. Si pretendes alcanzar los cánones de belleza de alguien más, estás perdiendo tu valioso tiempo, nunca será suficiente.
