Hay quienes aseguran que una manta pesada, sirve como tratamiento para conciliar el sueño y para controlar los síntomas de la ansiedad. Pero por supuesto no estamos hablando de cualquier manta pesada.
Las mantas con peso han cobrado especial popularidad durante los últimos años, pero psiquiatras, educadores de necesidades especiales y terapeutas ocupacionales las han utilizado desde la década de 1990 como herramientas para la gestión emocional. Una manta pesada podría ser justo lo que necesitas.
Se trata de cobijas llenas de gránulos que ayudan a distribuir el peso de manera uniforme en todo el cuerpo, y que prometen ayudar a liberar la ansiedad para conciliar el sueño más rápido.
Una manta pesada imita la presión de ser sostenido o abrazado, es el mismo mecanismo propuesto detrás del masaje y la acupresión. Originalmente se usó con niños con autismo o trastornos de comportamiento, hoy cualquiera puede comprobar sus beneficios.
Y es que según especialistas de la Universidad de Harvard, estas mantas con peso son la solución para los problemas severos de sueño, del estrés y de la ansiedad. Podrían tratar de una vez por todas trastornos mentales o sensoriales.
Provocan una sensación de relajación que regula la producción de cortisol, una hormona que aumenta la frecuencia cardíaca y eleva la presión arterial. Una manta pesada podría contrarrestar todos esos efectos.
Aunque suelen ser de unos 7 kilos, la recomendación es que represente aproximadamente el 10% de tu peso corporal y que esté hecha de un material que sea cómodo para ti, por ejemplo algodón.
Las hay de varias marcas y, aunque una manta pesada no hace magia, podría ser una muy buena inversión si es que sueles atravesar noches de insomnio y ataques de pánico.
Por supuesto que habría que combinar esta técnica de relajación con algunas otras. Un té de tila, una sesión de yoga o 10 minutos de meditación no están de más. Todas las herramientas están a nuestro alcance y no es necesario elegir una sola alternativa.
